Tanto las empresas como la industria en general son grandes consumidoras de energía. Habitualmente, estas necesitan instalar equipos profesionales para llevar a cabo su producción, maquinaria especializada o tecnología que funciona inevitablemente conectada a la red eléctrica.
Esto hace que sus facturas se eleven muy por encima de lo que se puede esperar de las viviendas o los pequeños comercios. Sumado a esto, en la actualidad vivimos un momento de gran inestabilidad en los precios de la energía. A lo largo de este último año hemos visto cómo las tarifas llegaban a máximos históricos y las empresas se veían con grandes dificultades para abordar el gasto.
Una gran cantidad de compañías se han planteado el autoconsumo fotovoltaico ante esta situación, como una medida eficiente para ser más independientes y moderar el gasto en electricidad. Esto permite minimizar el coste de las facturas de la luz y también ser más eficientes, ecológicos y sostenibles.
A continuación, profundizamos en el concepto de autoconsumo fotovoltaico para empresas, en qué consiste y cómo funciona.
Qué es el autoconsumo fotovoltaico para empresas
El autoconsumo fotovoltaico es la capacidad de consumir la energía que la propia empresa está produciendo gracias a las placas solares. La energía solar fotovoltaica se producirá en las mencionadas instalaciones, integradas en las cubiertas o tejados, para ser transformada en electricidad lista para su uso.
Las empresas tienden a requerir un mayor consumo energético que las viviendas o las pequeñas oficinas. De hecho, el autoconsumo industrial genera una rentabilidad bastante atractiva respecto a la de otros sectores, pues tiende a enfrentarse a facturas de la luz realmente elevadas por el uso de maquinaria u otras tecnologías. Al emplear la misma energía que se está produciendo, el ahorro en estos casos puede llegar a ser muy considerable.
Curiosamente, cuando se emplea la energía solar, la rentabilidad suele ser proporcional al nivel de consumo. Cuanta más electricidad se emplea, mayor será el ahorro que veremos a final de mes. De hecho, las empresas pueden llegar a ahorrar incluso un 70% en el gasto de la luz.
Tipos de autoconsumo fotovoltaico
Existen diferentes tipos de autoconsumo fotovoltaico, algo que no tiene que ver con la instalación de los paneles solares: va a ser la forma en la que la empresa acuerde la compraventa de la energía generada.
A la hora de integrar una instalación de paneles solares, la empresa tendrá que hacer un PPA (Power Purchase Agreement), es decir, un acuerdo de compraventa. A la hora de escoger, tendrá estas dos opciones:
- PPA físicos (o directos). En este caso, la energía se entrega de manera directa a la empresa conforme ésta se produce. La industria tendrá que dotarse de una instalación que es independiente de la red eléctrica convencional para abastecerse de sus propios recursos.
- PPA financiero. Con este tipo de autoconsumo la energía producida no se entrega físicamente a la propia empresa que la está produciendo. La industria que la produce en acuerdo con una comercializadora eléctrica va a vender esa energía a terceros y llegarán a un acuerdo ventajoso para emplear la energía que necesiten y hacer el intercambio mediante la red de la entidad comercializadora.
Es común que la empresa decida apoyarse en la red eléctrica convencional para liberarse de los excedentes de una forma que sea rentable e incluso obtener energía que necesita cuando la producida de manera particular es insuficiente. En cualquier caso, será ventajoso para la industria, ya que verá unos costes mucho menores en sus facturas.
Cómo funciona el autoconsumo fotovoltaico
El autoconsumo fotovoltaico funciona incorporando paneles solares en las instalaciones de la empresa o de la industria. Estos paneles se ubican en los tejados de forma que puedan obtener toda la energía solar posible, con la inclinación adecuada y en las dimensiones que son acordes a la superficie disponible. Para que esto sea eficiente, se hace un estudio previo de viabilidad y se analiza la mejor estrategia a seguir en cada caso particular.
Una vez instalados los paneles, estos envían la energía solar a un inversor que la convierte en electricidad. La electricidad se puede utilizar de la misma forma que empleamos la que nos llega a la red eléctrica convencional y es plenamente funcional.
Como la instalación puede ser algo costosa, es habitual que las empresas opten por el renting fotovoltaico. Esto permite que las industrias o negocios puedan obtener las placas solares para empezar a producir su propia energía sin necesidad de contar con todo el capital disponible en ese preciso momento.
Es lo más parecido a un alquiler de placas solares, ya que la empresa puede emplearlas durante el periodo de tiempo que considere oportuno y abonar una cuota mensual a cambio de ello. Cuando los negocios tienen un tamaño que es más pequeño o no cuentan con el presupuesto suficiente para una integración completa de este sistema, esta alternativa es una excelente solución.